Palabras de María de Jesús patricio Martínez, vocera del CIG, en Los Angeles, Kalakmul, Campeche. 18 de diciembre de 2017.


Buenas tardes, hermanos, hermanas:
Gracias por estar aquí presentes en esta tarde haciendo un espacio dentro de sus trabajos, yo sé que las mujeres siempre, desde que amanece hasta que anochece, y si se hiciera más largo el día más le seguíamos, también los hombres pero más recalco eso en las mujeres, el trabajo.
Lo que han platicado los concejales que están aquí presentes y que son de esta región, precisamente es una propuesta organizativa, lo que nos ha motivado a participar en este proceso electoral 2018. ¿Por qué organizativa? Porque ya lo han dicho algunos que me antecedieron, todo lo que viene de arriba, todo lo que está diseñado allá arriba, allá se queda. ¿Qué vienen a hacer acá? Solamente a implementar lo que ellos acuerdan allá. ¿Y qué es lo que acuerdan? Cómo se llevan nuestras aguas, cómo se despojan nuestras tierras de sus riquezas, cómo nos traen ayudas disfrazadas para que nosotros nos caigamos en sus mentiras, y así se facilita ese despojo de nuestras tierras porque no resuelven los problemas agrarios que tienen años y años, algunas comunidades sus títulos están encimados unas con otras y no hay para cuando les den resolución a esos conflictos agrarios. Y tardan años y años y se mueren peleando nuestros abuelos esas tierras y nunca ven que tenga la comunidad sus títulos como tendrían que ser, con todo ese polígono de tierra.
También hay proyectos que vienen de fuera, como las minas, como los pozos petroleros, como los gasoductos, las hidroeléctricas, las eólicas, les estoy hablando de esto que hemos recorrido  en estos días, diferentes pueblos indígenas, y es lo que nos han manifestado, son los dolores que tienen en sus tierras, de que están viviendo en su comunidad y como si estuvieran viviendo en otro que no es de ellos. Aquí hace rato comentaban de la reserva que tienen y que son los de fuera los que la administran, y aquí a ustedes les cuesta ir a visitar ahí y son sus tierras, es su lugar donde conviven, es su territorio.
Entonces todos estos problemas hicieron que los pueblos pensáramos que teníamos que dar un paso más allá, y se pensó que era participar en este proceso electoral, como decían, ya no para llegar y estar allá como ellos, sino construir algo diferente, algo que surja desde abajo, algo que sea tan fuerte que cuando vengan y otra vez quieran arrebatarnos nuestras riquezas, tengamos la suficiente capacidad de decirles: aquí no entran y aquí se hace lo que nosotros decimos, aquí estamos organizados así; y así nos van a respetar. 
Eso es lo que queremos, hermanos, que la organización se dé desde abajo, desde nuestras comunidades, desde nuestros barrios, desde las colonias, porque también en las ciudades hay hermanos que están luchando y que han sentido que este México que tenemos se está resquebrajando, lo están vendiendo por partes, se lo están acabando.
Entonces por eso pensamos que es necesario construir algo nuevo, de abajo, solamente así podemos ser fuertes, por eso pensamos que no es una propuesta que va a llegar de aquí al 2018, sino que tiene que ser algo que dure más allá del 2018, algo que nos articule más fuertes, y juntos como hermanos darnos la mano, confiar entre nosotros mismos, no dejarnos llevar, porque a veces los partidos vienen y nos parten, nos dividen. Entre familias estamos peleados cuando son tiempos electorales, pero luego ya pasan y ya quedan, y éstos que quedan arriba ya no se vuelven a acordar de que hay comunidades que están sufriendo, hay comunidades que tienen conflictos, hay comunidades que tienen riquezas que se las están llevando y que no les interesa. ¿Y por qué no les interesa los que están arriba? Porque están de acuerdo con los que tienen el dinero, están de acuerdo con los que tienen el capital, y lo que hacen es abrir las puertas para que vengan y se lleven nuestras riquezas, vengan y nos digan cómo tenemos que hacer, qué tenemos que decir, cómo nos tenemos que organizar, y por eso nos ponen los diferentes colores.
Entonces lo que estamos haciendo es visitar a las comunidades, ese es nuestro mandato, esa decisión que se tomó de participar, todo el Concejo Indígena de Gobierno, que son los representantes de las diferentes comunidades, pueblos, regiones, dependiendo de cómo los hayan elegido, son los que van a representar su región, aquí ellos, el Concejo Indígena de Gobierno, los concejales y concejalas son los que van a ser esas semillas organizativas en sus comunidades, en su región, son los que van a ir trabajando y llevando la voz y escuchando la voz de ustedes para ir articulando una fuerza que quede mucho más allá.
Creo que ya es tiempo que los pueblos indígenas levantemos la frente y tomemos la decisión de que si no nos unimos y no nos articulamos con los demás hermanos que están en las ciudades, que también están sintiendo que es necesario organizarnos, no vamos a salir adelante. Nuestras tierras están sufriendo, los recursos naturales, las aguas, entonces nosotros, si no logramos organizarnos, nuestras tierras se van a ir perdiendo, se van a ir contaminando, las van a ir despojando y entonces qué vamos a dejar a los niños que vienen atrás, qué vamos a decirles a los que se murieron luchando porque esta tierra no se perdiera, qué les vamos a decir.
Entonces esa es nuestra palabra, y tenemos que participar también las mujeres en esta lucha, en esta reconstrucción de estas comunidades, tiene que estar también presente la mujer, porque si no, no tendría mucho sentido reconstruir este México desde abajo sin la participación de la mujer; las mujeres que son las que a veces ven la forma cómo alcance el dinero para darle de comer a los hijos, ellas saben cómo administran, entonces sí es necesario, sí es importante que participe la mujer en este proceso junto con el hombre, no siendo más ni siendo menos, siendo iguales, porque esta lucha, esto que nos hemos propuesto el Concejo Indígena de Gobierno, el Congreso Nacional Indígena, es una lucha por todo, es una lucha por la vida, y entonces queremos que esa vida la tengan los que vienen atrás, pero una vida tranquila, una vida sana, una vida donde estén completas nuestras tierras y territorios sin que se estén robando nuestras riquezas. Solamente, hermanos, así vamos a poder salir adelante, tenemos que organizarnos desde abajo, desde nuestras comunidades, desde nuestras regiones, y a nivel nacional, juntos, que escuche nuestra voz, que se escuchen, que se vean los pueblos, que se vean los problemas que tienen y que respeten las organizaciones propias que tiene cada una de las comunidades. 
Por eso decimos que no queremos el poder, porque el poder de arriba está podrido, queremos construir algo nuevo, el poder de abajo donde el pueblo mande y el gobierno obedezca, es lo que queremos construir, hermanos. Les dejamos esta palabra en su corazón, nos llevamos también los problemas que ustedes nos han planteado y juntos vamos a ir caminando, si ustedes están de acuerdo, los invitamos a que juntos caminemos en esta construcción que nos hemos propuesto realizar.

Gracias hermanos.

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